abril 28, 2010

¿Quién escribió el Poema Azul?


- Quítate los zapatos. Deja que tus pies sientan la existencia del pasto. Vamos, olvida el miedo. No te preocupes estas tierras podrían ser parte del legajo de codicilos que dejaría, si me hubiera ofuscado en hacer una fortuna. Pronto traspasaremos la barrera de los prejuicios.

Tomar el sendero agreste advertía que para Menphill no existían los caminos. Aseveraba que los caminos fueron hechos por pisadas de gente prejuiciosa.

- A tu edad, caminaba bajo la lluvia los dos kilómetros que existen entre la urbe y el pueblo. Cuando la gente sufre problemas existenciales, se vale de aspavientos para ponderar sus sentidos: es la necesidad de querer sentirse vivo. La voz áspera de Menphill alcanzo mi cabello [El brazo del viejo se recostaba en mi hombro]. Su índice apuntaba hacia el sureste; mi efeba mirada colisiono con la vieja cabaña de Colina Riscow.

-El Sr. Gregorius Wharholl vive solo en el inmueble.

No tome importancia al comentario de Menphill. En un tono bajo pregunte el porque habría de interesarme la existencia del anciano. Menphill soltó una blasfemia aduciendo que era un niño demasiado estólido, como para estar con él y el Sr. Packmound a la hora del té.

Al final de la colina una cohorte de abietáceas marcaban los territorios del Parque Central de Bronchessani, a un costado del lago [Las raíces parecían tomar la vida del lago, o viceversa].

En la orilla opuesta a nosotros, una prolífica extensión de tierra eraria, hurto mi atención.

-Tienes suerte de encontrarte de este lado del lago Norboth. Farfullo Menphill, mientras del bolso del pantalón saco un legajo de papeles. Entre los jeroglíficos podía comprenderse El Poema Azul. Según mi exegeta era una metáfora a cerca de la ignorancia, la petulancia de los seres humanos y la desidia del axioma de las clases sociales:

La pirámide de valor social por bienes, es un agibílibus del paripé de la plutocracia: Mi moderada fortuna no puede compararse con la del optimate acaudalado del pueblo (es de suponer que la balanza esta de su lado) esto me convierte en subordinado/ínfimo social. Sin embargo, del otro lado del piélago, existe un lauto que cuadriplica esa fortuna. Y para los ojos de éste, los dos (el optimate y yo) le debemos pleitesía. Esto nos convierte análogos sociales, que aspiran a medrar”. Contrario a lo que los “todólogos del pueblo” harían, me percate de la importancia de la acotación de Menphill; a pesar de que no la entendí.

Mi silencio se fue convirtiendo en excogitación hasta que hice un paréntesis en la realidad; tenia nauseas mentales a causa de la parrafada de Menphill y en mi lengua burbujeaban las palabras.

-¿Quién escribió El Poema Azul? Logro vomitar ab irato mi boca luego del pasmo.

- Alguien con quien podría sentarme a tomar un té. Claro, esas son mis conjeturas surrealistas-metafísicas, que según la opinión de la gente son reflejo de mis patologías. La ceja poblada de Menphill se arqueo.

Días después, en la cafetería del pueblo estaba Menphill. La mesera llevó dos tazas a su mesa. En la puerta del recinto había un rótulo que decía “Hoy té a 1$”. [Frente a él había un espejo].

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